Con lágrimas en los ojos terminó la primer sesión de fisioterapia que dí hoy en la mañana.
El paciente que por lo regular viene acompañado de su esposa esta vez llegó solo. "Mi chaparrita no me pudo acompañar el día de hoy, tuvo que cuidar a mi nieta... aunque estoy pensando en cambiar a mi viejita de 70 por dos de 35...." me reí con su comentario.
Después de preguntarme acerca de los orígenes de mi nombre, el me menciona la historia de su familia. Las alegrías y sus mas terribles penas. Las pérdidas de seres queridos que ha sufrido. En especial una que fue la que mas se detuvo a contar. " Esto fue hace 4 años" me dijo con lágrimas en los ojos. Por obvias razones y por respeto a la confianza que mi paciente deposito, no puedo contar esta historia, no es mi historia. Mas sin embargo quería escribir esta entrada para cuando regrese y la lea me haga recordar esta sesión tan especial que tuve con el. (qué dudo con sinceridad que se me llegue a olvidar)
Dentro de los tantos procedimientos médicos que ha sufrido mi pacientito, en uno simplemente ya se nos estaba yendo. Y aunque para muchos sería esto una terrible experiencia, dice que para el fue algo que le hizo mucho bien. "Sentía tanta paz, tanta tranquilidad, que no me quería regresar.... y menos cuando vi a mi flaca... tan contenta a la condenada"
Con lagrimas en los ojos siguió contando... "maldije a la virgen cuando me dieron la noticia..."
Lo que debió ser una rehabilitación de rodilla terminó siendo una sesión de confesiones de dolor enterrado. Una sesión con lágrimas derramadas no por el dolor físico de mi paciente, si no por el dolor que siente en su corazón... y lágrimas mias seriamente conmovida no solamente por la historia que estaba oyendo, si no también por la confianza que ha tenido mi paciente y abrirse conmigo.
Se despidió diciendo " gracias por escuchar".
Poniendole una mano sobre su brazo respondí... "gracias por permitirme escuchar".
El paciente que por lo regular viene acompañado de su esposa esta vez llegó solo. "Mi chaparrita no me pudo acompañar el día de hoy, tuvo que cuidar a mi nieta... aunque estoy pensando en cambiar a mi viejita de 70 por dos de 35...." me reí con su comentario.
Después de preguntarme acerca de los orígenes de mi nombre, el me menciona la historia de su familia. Las alegrías y sus mas terribles penas. Las pérdidas de seres queridos que ha sufrido. En especial una que fue la que mas se detuvo a contar. " Esto fue hace 4 años" me dijo con lágrimas en los ojos. Por obvias razones y por respeto a la confianza que mi paciente deposito, no puedo contar esta historia, no es mi historia. Mas sin embargo quería escribir esta entrada para cuando regrese y la lea me haga recordar esta sesión tan especial que tuve con el. (qué dudo con sinceridad que se me llegue a olvidar)
Dentro de los tantos procedimientos médicos que ha sufrido mi pacientito, en uno simplemente ya se nos estaba yendo. Y aunque para muchos sería esto una terrible experiencia, dice que para el fue algo que le hizo mucho bien. "Sentía tanta paz, tanta tranquilidad, que no me quería regresar.... y menos cuando vi a mi flaca... tan contenta a la condenada"
Con lagrimas en los ojos siguió contando... "maldije a la virgen cuando me dieron la noticia..."
Lo que debió ser una rehabilitación de rodilla terminó siendo una sesión de confesiones de dolor enterrado. Una sesión con lágrimas derramadas no por el dolor físico de mi paciente, si no por el dolor que siente en su corazón... y lágrimas mias seriamente conmovida no solamente por la historia que estaba oyendo, si no también por la confianza que ha tenido mi paciente y abrirse conmigo.
Se despidió diciendo " gracias por escuchar".
Poniendole una mano sobre su brazo respondí... "gracias por permitirme escuchar".